Reír es un acto social natural de todos los seres humanos. La acción de reírnos con otros se expresa en todas las esferas socioculturales y económicas de la humanidad. Desde los tiempos de la civilización griega, las técnicas teatrales como la comedia y la pantomima propiciaron el arte de hacer reír y entretener; para los griegos, un método mediante el cual se expresaban las emociones y las relaciones de los hombres.
Ellos usaban máscaras, señas, mímicas y gestos para contar historias que animaban a todos los espectadores y visitantes que se reunían en grandes teatros y construcciones destinadas a la convocatoria popular de la época. Hoy, el legado de dichos géneros artísticos perdura y es promocionado en diferentes campos humanos, relacionándose con el área de la salud al comprobarse científicamente que reírnos es altamente saludable. Está demostrado que ayuda a combatir enfermedades crónicas, además de aliviar los pesares físicos y emocionales mientras rejuvenece y permite que vivamos mejor.
Maria Lujan Reggi es una psicóloga, profesora e investigadora argentina que encontró en el clown su proyecto y propósito de vida. “El clown se siente. Es regresar a este universo donde te reís de verdad, desde lo más humano y de igual a igual con los demás. Es encontrar en esta técnica lo más genuino de tu ser y la manera en cómo nos relacionamos con los demás”, así es como lo describe ella. Originaria de un barrio de Lugano, provincia de Buenos Aires, se mudo a la ciudad de Pehuajó, luego de conocer a su esposo. En sus inicios, comenzó a estudiar teatro, luego continuó su preparación en Espacio Aguirre, la escuela de clown más grande de Latinoamérica.
Hoy, tras varios años de experiencia en el teatro dedica su tiempo a su familia, su comunidad y a preparar su tesis doctoral con la que espera complementar su trabajo con el clown y la terapia educacional.
Describir el clown, es también confrontar nuestra sociedad en la que se cultiva una imagen aparente y “postiza” sobre nuestra propia historia. Desde esta visión actual buscamos conexiones en redes sociales porque somos incapaces de relacionarnos afectivamente con otros en el mundo real. Se nos impone una manera de ser para poder figurar en lo que significa ser humano, dejando de lado todo lo que nos hace sentir vivos. “Descubrí que ser payasa, no es hacer reír a la gente, sino que es una herramienta para poder hacer terapia cognitiva y sanadora. Lo más trascendente es entender que soy artista y mujer, y que aunque hay ciertos mandatos preestablecidos a cumplir, yo puedo elegir ser. Es esa libertad de habitar nuestro cuerpo, alma y mente, es animarse a ser lo que se siente ser, sin pretender encajar en ningún modelo que se debe seguir o lograr”, enfatizó la entrevistada relacionando la psicología con su proyecto artístico.
Su tesis está basada en la psicoeducación personalizada y grupal. En el taller, las personas asisten a una charla donde se explican los contenidos que se abordan en una función de clown. Allí se hablan de temáticas como: el enojo, el miedo, el control emocional y la mente, la resignificación positiva, el distanciamiento de nuestro pensamiento, la conciencia corporal, el desarrollo de habilidades como la empatía, la compasión, la generosidad, la amabilidad, entre otros. Lo más impactante, es que la terapia no se da necesariamente en un consultorio, y lo demasiado técnico dentro de lo que sería una cita con el psicólogo, la experiencia se convierte en un espacio de interacción con el público, en donde la espontaneidad del show permite que los asistentes puedan abrirse a entender de forma más profunda y personal tópicos tan precisos e íntimos de sus propias historias.
Estos eventos y talleres han servido como medio de recaudación de fondos para diferentes labores sociales que benefician a la comunidad local. Algunos de estos aportes han permitido el equipamiento de bibliotecas y la compra de una prótesis para un chico de Carlos Casares. “Hacen falta estos espacios en donde se busca beneficiar a otros, porque si hablamos de inclusión, debemos llevar adelante programas de educación sobre salud mental y emocional”, propuesta que quiere impulsar, a través de su labor artística.
Actualmente, Maria Lujan está preparando su tesis doctoral basada en una palabra que ella desarrolló: la psico-clownlogia, un término académico que ha venido estudiando a través de proyectos científicos y neurológicos aplicados a la terapia clown y su relación con el funcionamiento de la mente y las emociones.
Todas estas actividades han servido de plataforma para que esté año sea invitada al primer congreso de psicología del Río de la Plata que se realizará en el teatro Konex de la ciudad de Buenos Aires, los días 12 y 13 de octubre.
Para concluir, María sueña con que su investigación pueda ser una herramienta en diferentes ambientes tales como: escuelas, hospitales, centros educativos, y lugares donde se necesite hablar sobre la mente y las emociones. Estos tratamientos y terapias ayudarían a generar una conciencia sobre la salud mental, sanando y restaurando a todos aquellos que necesitan encontrar esperanza y alegría en medio de los infortunios y desafíos que plantea la vida.
Por Juan Dulcey
Créditos:
Foto de Capotina Entretenimientos: https://www.pexels.com/es-es/foto/hombre-mujer-divertido-escenario-14712333/
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